Ya hace diez meses que tengo a mi niña. Todavía me acuerdo lo primero que me pasó por la cabeza cuando llegamos a la habitación del hospital con ella: ¿y ahora que hago?
En ese momento, piensas que cómo te ha podido pasar, con todo lo que te informaste sobre el embarazo y el parto, y ahora que ya esta aquí tu bebé no sabes que tienes que hacer. La respuesta es muy simple: déjate llevar por tí misma. Primero ponle al pecho, después déjale dormir un poco porque después del parto están muy cansados, como tú.
Lo normal es que a partir de este momento sea tu bebé el que decide qué se hace, cuando y cómo. Cuando son tan pequeños lo más probable es que se hayan despertado para comer antes de cuatro horas. Si no lo hacen pasado ese tiempo, es conveniente ponerles al pecho aunque no lo pidan. Como me dijo un pediatra del hospital: cuando nacen su estómago es del tamaño de una moneda de un euro.
A partir de aqui, vienen las visitas, los consejos bienintencionados que acaban por ponerte nerviosa,...
Cuando vuelves a casa, la seguridad que tenías en el hospital desaparece y otra vez te sientes insegura sin saber muy bien qué hacer. En el hospital si tenías cualquier duda, apretabas el botoncito y ya. Es cuestión de unos días acostumbrarse y sentirse más segura.
Yo lo pasé particularmente mal con la pinza del ombligo. ¡Pensaba que iba a sacarle la tripita cada vez que la cambiaba! Suerte que sólo le duró una semana. La guardé de recuerdo, a pesar de los malos ratos que pasé con la pincita...
A partir de aquí, es pasar los días y acostumbrarse a una nueva y diferente vida.
jueves, 22 de octubre de 2009
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Todo lo que cuentas me suena como si yo mismo lo hubiese vivido.
ResponderEliminarLo de llevar al bebé a casa me recordó cuando te sacas el carnet de conducir y tienes que coger el coche por primera vez tu solo sin un profe al lado que le pise al freno si te la vas a pegar.